Los españoles, a la cola de Europa a la hora de intervenir ante una parada cardíaca
Los expertos subrayan que enseñar cómo actuar ante una parada cardíaca desde la escuela salva vidas (Getty Images/iStockphoto)
Las opciones de supervivencia bajan un 10% por cada minuto de retraso en la asistencia y los testigos sólo inician maniobras en un 40% de casos.
Los españoles figuran entre los ciudadanos europeos que menos intervienen cuando presencian que alguien ha sufrido una parada cardíaca. Los testigos o familiares sólo inician maniobras de reanimación en un 40% de los casos de paro cardíaco que tienen lugar fueran de los hospitales, porcentaje inferior a la media europea (58%) y alejadísimo del 83% que registran países como Suecia o Finlandia.
Y si muchas personas no se atreven a realizar un masaje cardíaco, aún son menos las que se deciden a usar desfibriladores. Apenas el 4% de las reanimaciones realizadas por testigos utilizó un desfibrilador externo automático (DEA), mientras que el promedio europeo es del 28% y en algunos países llega al 59%.
Esta falta de implicación ciudadana cuando alguien sufre un paro cardíaco es grave, porque si no se inicia la reanimación para mantener a la persona con un ritmo desfibrilable hasta que lleguen los sanitarios o se practica una desfibrilación rápida, sus posibilidades de supervivencia son remotas. La probabilidad de recuperarse disminuye un 10% por cada minuto de retraso en recibir asistencia.
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